Qué ver en Ischia, la isla balneario del Golfo de Nápoles
Qué ver en Ischia, la isla balneario del Golfo de Nápoles
En el Mar Tirreno, a tan solo 30 kilómetros de Nápoles, encontramos uno de los rincones más bonitos del Mediterráneo. Hay mucho por descubrir y que ver en Ischia, una preciosa isla que se ha visto eclipsada por Capri incomprensiblemente; ya que tanto ella como su vecina Procida tienen motivos de sobra para enamorarte. Quizás, el hecho de que haya estado un poco apartada de los focos ha sido precisamente la clave para mantener tan pura su esencia.
Para llegar a Ischia hay que coger un ferry o un aliscafo (embarcación a motor más rápida) desde Nápoles, Pozzuoli o Sorrento. A menudo estos trayectos hacen parada en Procida. El viaje en total puede durar algo más de una hora o apenas media dependiendo del barco escogido. Puedes mirar todas las opciones de traslado a Ischia aquí.
Ischia tiene orígenes volcánicos (se aprecia a simple vista en algunas de sus playas, de arena negra brillante) y esto ha dado lugar a numerosas fuentes de aguas termales repartidas por su escaso territorio, haciendo de los balnearios su seña de identidad. El principal culpable es el Monte Epomeo, un pseudovolcán de 800 metros de altura que en realidad es una grieta de corteza terrestre abierta por explosiones y movimientos de capas en el fondo marino. Pero no solo de jornadas en el spa vive el hombre, así que vamos a viajar por los sitios más importantes de Ischia:
El Castillo Aragonés, el monumento más icónico de la isla
El símbolo por excelencia que ver en Ischia, ya perceptible cuando te acercas en el ferry, es su castillo aragonés, erigido sobre un islote que se conecta al resto de la isla por un puente que ha tenido que ser reconstruido una y otra vez a lo largo de la historia. El nacimiento de esta mole sobre el mar fue fruto de una expulsión de magma que se solidificó. Es fácil llegar a pie desde Ischia Ponte, la localidad en la que atracan los barcos (una media hora andando).
Ya los griegos hablaron de este montículo junto a la isla en el 474 a.C.; aquí se refugiaban del enemigo. Pero no fue hasta la llegada de Alfonso V de Aragón en 1441 cuando se construyó la fortificación que palpamos. Se puede acceder a la misma subiendo por un ascensor o mediante un túnel a través de la roca (fíjate en los agujeros ideados para arrojar aceite hirviendo al visitante no deseado; por suerte hoy los turistas son muy queridos).
Una vez arriba, se puede ver la Iglesia de la Inmaculada Concepción, la Catedral de la Anunciación con su cripta, el Convento de las Clarisas y su cementerio y las alucinantes vistas al Golfo de Nápoles. Se puede visitar todo el año aunque en verano está lleno de vida, con visitas teatralizadas y el Festival de Cine de Ischia.
En el Museo Arqueológico de Villa Arbusto en Lacco Ameno podremos hacer un repaso de la historia de Ischia. Su elemento más importante es la Copa de Nestor, una vasija con inscripciones griegas.
La Iglesia del Socorro, el templo más importante que ver en Ischia
El otro monumento clave que visitar en Ischia es la Chiesa del Soccorso. Se ubica en Forio d’Ischia y tiene buenas vistas al mar. Es bastante sencilla pero encandila por sus toques mediterráneos y su localización privilegiada.
En su interior podemos apreciar cómo el tema «naufragio» es recurrente en sus pinturas. Esto es por la gran devoción y respeto que le tienen los marineros y pescadores a esta virgen, a la que se amparan antes de salir a faenar. No te pierdas su cementerio desde el que se divisa un atardecer infinito.
Probar los baños de aguas termales, un imprescindible que hacer en Ischia
Las fuentes y termas de Ischia son uno de los grandes atractivos de esta isla del Golfo de Nápoles. Ya en tiempos de los romanos era un enclave muy deseado para ir de vacaciones a recibir los tratamientos de spa de la época.
Son numerosos los alojamientos que cuentan con su propia terma privada y no puede haber mejor reclamo turístico.
Los centros termales más populares de Ischia son los Jardines de Poseidón (entre exuberantes plantaciones en la Punta Imperatore; cuenta con 22 piscinas y acceso directo al mar) y Negombo (que además de ser un balneario con playa suele ofrecer espectáculos de teatro, cabaret, etc.).
El bello pueblo de Sant’ Angelo, ¡me encantaron sus azulejos!
Merece la pena el paseo por los acantilados sobre la Playa Maronti para llegar al coqueto pueblo costero de Sant’Angelo, situado a ras de mar. Sus casas de color pastel, azulejos decorativos, glamurosas boutiques y pequeños restaurantes le dan un toque chic a esta aldea marinera.
Las mejores playas de Ischia para darse un buen baño
El agua del mar en Ischia está deliciosa. A una temperatura ideal, nada fría, de esos sitios en los que da cero impresión entrar, y que desde luego son mis favoritos. Algunas de las playas más bonitas de Ischia son:
- Chaia de Forio: cómoda y muy amplia, una de las más populares.
- Playa de Maronti: tiene una arena oscura y fina (en algunos tramos parece que tuviera purpurina), y cantidad de termas confluyen a ella (de hecho se pueden apreciar las fumarolas de las que brota el vapor). Fue nuestro lugar de campamento base en Ischia. Además aquí puedes encontrar muchos restaurantes-chiringuitos donde comer en Ischia, nosotros probamos el Di Lorio y nos gustó mucho.
- Playa de los Ingleses: entre el puerto de Ischia y Casamicciola, en Sant Alessandro. Arena fina y no muy abarrotada.
- Scannella: aguas cristalinas ideales para practicar snorkel o buceo.
Hacer una excursión a la vecina Procida, ¡tienes que ir!
A apenas veinte minutos en barco tenemos la isla vecina, Procida, una belleza multicolor a la que sí o sí tienes que dedicarle al menos una jornada. Lugar de artistas, en ella se inspiró la obra La Isla de Arturo. La panorámica desde su mirador compone una de las imágenes más bonitas de Italia, y si no me crees echa un ojo.
Si tienes más tiempo, otras localidades curiosas que ver en Ischia son las citadas Forio, Lacco Ameno y Casamicciola. Tienes que ir, te va a flipar la isla.
https://losviajesdeclaudia.com/italia/que-ver-en-ischia/
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